La Chueca juega como un grupo de amigos

Me pedís que hable de La Chueca pero solo me das una hoja? Así no se puede… de La Chueca se debería escribir un libro. Campeonato tras campeonato. Completito. Con tapa dura y el poster del equipo para colgar en el cuarto. Desde el 2001 que juega en el Náutico. Ascensos y descensos, con figuras liderando tablas de mejor jugador y goleadores. Y eso que el torneo no tiene un ránking lírico… (comisión, anóteme este temita)
Lo que pasa es que La Chueca juega como un grupo de amigos. Siempre tenés un Satanas Paez o un Maurito Laspada que te complican un poco, pero el equilibrio espiritual y mental del equipo es inquebrantable. Sin ir más lejos, este último campeonato consiguió un agónico 3-1 con 2 jugadores menos. El 9 jugando de 2 y alguno que otro colgado del travesaño. Ahora… te agarran con 8 en cancha y te podés comer 10 pepas tranquilamente… hay que tener cuidado.
Ojo que no siempre fue así. Allá por el 2012, después de un paupérrimo rendimiento en la A de los domingos aparecieron los rumores de siempre: “La Chueca se disuelve” “ya no son lo que eran”, etc… Algunos dicen que fueron artimañas de mediocres equipos chicos para robarse a las figuras del dream team, pero lamentablemente no lo lograron. La Chueca sigue firme, alcanzando objetivos y demostrando lo lindo que es jugar al fútbol.
Lo que pasa es que lo que se vive ahí adentro es una pasión. Y no solo se ve adentro de la cancha. Fijate en las tribunas… Minimo 5 espectadores todos los partidos. Diosas del olimpo que levantan la imagen del club. La gente lo comenta viste… se siente en el ambiente. Cuando juega La Chueca, la isla toma otro color. Es así. Está plasmado en la impronta del equipo. En ese estilo de juego mágico, dominador del balón. Con planteos inteligentes en cada partido. Ese tiki-tiki que descoloca a los rivales. Ese arquero con reflejos de gato. Esa defensa que te limpia la pelota como punga de subte. Ese mediocampo sutil que distribuye a lo crupier de casino. Esa delantera incansable que te hace temblar las piernas. Eso es lo que se vive.
Quiero aprovechar este espacio para agradecer a cada uno de los jugadores por dejar al mundo acariciar ese pedazo de cielo cada fin de semana. Por fijar en la memoria esos anecdóticos momentos que resonarán en los años venideros por los rincones del club como míticas historias futboleras. Asi que, para Tomás “ternero” Pollitzer, Francisco “cosca” Ezama, Juan C “hueso” Quintana, Matías “Mata” Gómez Carrillo, Joaquín “manteca” Díaz Saubidet, Juan Pablo “burri” Casaretto, Ezequiel “keke” Baistrocchi, Facundo “facu” Moro, Gabriel “gaba” Güemes, Ignacio “morson” Sciarra, Alejo “alesi” Barros, Joaquín “joaco” Noguer, y por último para la mascota, para el talismán que lleva la 22 en las espalda Marcelo “el loco” Aguilar: GRACIAS POR TANTOS AÑOS!
Por Juan Pablo Casaretto